Sombras en la luz

«La reivindicación del habla local es un acto de justicia, un remedio frente al olvido»

Sobre palabras particulares, sobre la palabra y todo lo que lleva consigo, sobre la capacidad del lenguaje para crear atmósferas conversé con las participantes del curso de español avanzado “Perfeccionamiento y actualidad de C2” del Instituto Cervantes de Berlín, durante el coloquio que mantuvimos en torno a mi novela “Sombras en la luz”.

Reproduzco a continuación parte de aquel grato encuentro, en el que, como veréis, hablamos también de otros aspectos interesantes en todo proceso creativo.

¿Por qué causa/s has elegido este tema? Y el nombre de Soledad, ¿qué simbología tiene?

Me tocó informar sobre lo que estaba sucediendo en el recinto de Ifema, parte del cual se habilitó como morgue para quienes perdieron la vida en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Para mí como periodista fue una situación muy difícil, fue una experiencia dura, porque tenía que informar, pero también tenía que respetar el duelo de las familias, que llegaban desorientadas, preguntando «¿dónde están?». Semanas después, tuve que escribir reportajes sobre personas que habían perdido a familiares, a amigos en esos atentados, también a víctimas que sobrevivieron, y de ellos aprendí la capacidad del ser humano para superar dificultades, esa fuerza de agarrarse a la vida y superar el duelo, que dicho suena sencillo, pero que es una tarea durísima y que hay que hacer en soledad, porque es una superación que uno tiene que hacer solo. Uno debe encontrar por sí mismo la manera de ajustar y conciliar esa pérdida, honrar en la memoria esa pérdida, pero por otro lado continuar, porque la vida sigue.

El nombre de Soledad, entonces, responde a esto, es un estado del alma, responde a esos momentos en la vida en los que tenemos que hacer el camino en soledad y de esto va la historia.

También el nombre es un homenaje a la novela de Pedro Antonio de Alarcón «El niño de la bola», cuya protagonista se llama así, Soledad. 

El personaje del «tío de la pipa», ¿es el símbolo de la culpa?

Sí, y también de la oportunidad perdida, porque la suya, según la leyenda, fue una vida rota. Incluso podemos decir que es el Doppelgänger, ese reverso tenebroso, la sombra de las inseguridades de Soledad, su doble negativo, la proyección de sus miedos. De hecho, cuanto más corpóreo parece “el tío de la pipa” es cuando los remordimientos de Soledad son más evidentes. Para ella, ver sus remordimientos es ver al “tío de la pipa”.

Puesta en valor del habla local

¿Por qué emplea la forma típica de hablar regionalmente en esa zona por escrito?

Para mí era una obsesión cuidar muchísimo todos los detalles del libro y uno de esos era construir los personajes de una manera creíble. Si viven o se mueven en Guadix, tienen que hablar como la gente de Guadix habla. Me esforcé por reflejar esa variedad idiomática del español en un registro coloquial y particular en esa zona.

Una zona se caracteriza por su artesanía, por sus productos típicos, por la comida, por sus paisajes y, naturalmente, la forma de hablar es una expresión también, tiene su valor. Desgraciadamente, con el paso del tiempo, hay palabras que, si no se utilizan, se pierden y esa reivindicación del habla local, tradicional es un acto de justicia, un remedio frente al olvido.

Me esmeré también en usar refranes que la gente dice en su día a día porque pienso que esos aspectos son los que, sumándose a otros, construyen un ambiente, una escena. Una escena es una composición de elementos: luz, localización, edificios, las personas, cómo se mueven, cómo interaccionan…

¿Qué papel o significado tiene Guadix para la novela?

En su día organicé en Guadix un paseo por localizaciones de escenas del libro. Fue una experiencia interesante, porque los participantes, la mayoría de Guadix, fueron conscientes de peculiaridades del paisaje y su reflejo en el libro, un paisaje en el que hay un continuo juego de luces y sombras, de colores. Esa fue una de las razones por las que elegí Guadix para ambientar «Sombras en la luz», porque el paisaje habla de luz, habla de manera cromática.

Guadix me venía muy bien por esos claroscuros del paisaje, pero también por su historia, por sus muchos años de historia. Y, cuando una ciudad tiene tantísima historia, naturalmente tiene períodos de luz y de sombras… y muchísimas leyendas. Las leyendas se forman por acumulación «deformada». Esa base la tenía ya en Guadix y es muy importante para el desarrollo de «Sombras en la luz», donde la leyenda y la realidad juegan continuamente, y no se sabe cuándo estamos hablando de la fantasía o de los miedos de Soledad, de su necesidad de superarse. Por eso, yo, que tenía muchas ganas de ambientar una novela en Guadix, encontré el momento y la ocasión para hacerlo aquí, porque la trama de la novela se ajusta al paisaje y al paisanaje, a las gentes, a los hábitos, a las costumbres de Guadix.

La importancia de lo cotidiano

Cuando escribes algo sobre un lugar o un acento que no conoces, ¿cómo lo haces? ¿Vives allí o lees libros, hablas con la gente?

Claro. Pero para «Sombras en la luz» ese trabajo de documentación «lo traía de casa». Me crie en Guadix, mis padres son de Guadix y mi vínculo con Guadix es activo. Pero es una labor de documentación que no se agota aquí. Es una labor continua. Sigo apostando por la recuperación de la identidad idiomática de la zona como una cualidad más de la zona. Me encanta escuchar a la gente, en particular a las personas mayores, que tienen más incorporada esta variedad idiomática. Son una fuente viva. Escribo sobre ello, sobre el lenguaje y sobre las costumbres, por ejemplo, cómo eran las fiestas antes. Sigo publicando, mantengo colaboraciones, y muchas de ellas tratan sobre aspectos de la idiosincrasia de Guadix y de la zona.

Berlín y próximos proyectos

¿Puedes imaginar escribir algo en alemán también? ¿Escribes sobre Berlín?

Sí escribo sobre Berlín, por ejemplo, sobre los Wochenmark (mercados semanales al aire libre), la vida de los Kiez (centro comercial abierto)… la vida de barrio, simplemente esas cosas pequeñas, sencillas, el Berlín de lo cotidiano tiene mucho encanto y me conecta con Guadix, con esa vida cercana, donde puedes hablar un poco con el vendedor sin la presión del supermercado.

¿En qué estás trabajando ahora?

El contexto tan raro en el que vivimos me ha llevado a tener muchas ideas. Lo que hago ahora es anotarlo todo, porque, al final, alguna idea siempre queda.

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